En principio, negar que no buscamos placer es inútil. Eso implica que tienen que ser atractivas (cara bonita, piernas firmes, cintura detectable, potito interesante, no pelo donde no debería estar), pero interesantes. Esto no significa que acepten que lo termine en tu peinado nuevo, o en tu cartera, o que te lo haga con su nariz y luego estornude dentro, pero sí que sean razonablemente abiertas a cosas nuevas. Por otra parte, a muchos hombres lo que nos gusta (también) de tener relaciones es saber que hemos satisfecho a nuestra pareja. Frases como "¡que grandote!", o apretarte a él cogiéndolo del poto, o en un momento reflexivo decirle "sabes, contigo es con quien más placer he sentido", son infalibles.
También buscamos alguien presentable (esto es: razonablemente bonita, bien vestida, de charla interesante, inteligente).
Buscamos alguien que nos acepte, y si es posible, que disfrute de nuestros pequeños vicios (no tanto como que quiera hacer un campeonato de pedos, pero que no se escandalice si te tirastes uno mortal, en términos de sonido y olor). Mi pareja se aprendió los nombres de todos los pilotos de formula 1, y veíamos los domingos las carreras, y se podía hasta discutir con ella sobre autos!
Muchos esperamos que nos ayude a ser mejores personas, así que tiene que ser alguien que admiremos (por su tenacidad, responsabilidad, trato con todos por igual, o lo que sea que, siempre que sea algo que quisiéramos tener nosotros mismos como una cualidad).
La aventura es otro punto. No es que deseemos una vida de persecuciones policiacas y en medio de ello sexo a morir, pero sí algo que haga la vida entretenida.